El miedo es una sensación de
ansiedad, inquietud pánico, puede ser producida por cualquier situación que nos
saque de nuestra zona de confort. En nuestra vida cotidiana hay muchos momentos
de miedo, tanto físicos como moral y psicológicos. Todos tenemos miedos y son más de los que llegamos a imaginar.
El paso principal y fundamental para superar el miedo
es admitir el miedo, cuando conocemos
nuestros miedos es más fácil prevenirlos y manejarlos, peor que tener miedo es
desconocer su existencia en nosotros.
El miedo puede tomar
diferentes tonos, algunas veces se viste de rabia, desprecio e indiferencia,
otras de atención, delicadeza y bondad. Disfrazar nuestros miedos no sirve de
nada, tarde o temprano, los disfraces se desharán y tendremos que enfrentar
nuestros temores.
Aceptar las limitaciones es sabiduría, conocer y aceptar las propias limitaciones y
debilidades, es de sabios cuando reconocemos lo que somos, no hay lugar para el
miedo.
El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peores
de los que son (Tito Livio).
El miedo es una realidad mental, el miedo es un sentimiento, existe en nuestra mente,
no en los sentidos como ya se dijo el primer paso para liberarnos del miedo, es
reconocerlo y detectar su causa.
El miedo es una jaula que nos ata y empequeñece nuestra
vida.
Hemos hablado del lado
negativo del miedo, pero este no es su único aspecto, es necesario tener una
cierta dosis de miedo, no siempre se debe ir a toda velocidad y el miedo
funciona como freno, como señal de alerta que nos protege, sin embargo el miedo
es también un impulso, puede ser una fuerza que nos haga actuar o realizar
cosas de las que nos sentimos merecedor.
Las formas del miedo, el miedo puede tener dos lados; algunas personas tienen
miedo en exceso y se bloquean por esto, hay algo que les avergüenza, que rechazan,
no quieren que sean expuesto y necesitan defenderlo, ese miedo nos disminuye,
nos excluye y sustrae de la vida. Otras simplemente lo desconocen y se vuelven
superficiales e irresponsables, no es huir si no superar.
Si hay una piedra en el
camino, no vamos a cambiar de camino, no vamos a desistir ni a retroceder, sino
pasar por encima, las piedras son la fuerza del camino, muestran su
consistencia. Lo importante es trabajar nuestra piedra y no dejarnos aplastar
por ella.
Comentarios
Publicar un comentario